Tengo una manía escondida dentro del pecho,
que no es otra que empezar a escribirte por el final
y no entenderte desde el principio.
Quizás fui una cobarde, por no
retirarme a tiempo,
pero lo de ser valiente, no iba con tus
besos.
Ni la vida ni la distancia dejaron más
vacío en este hueco;
Solo tus pensamientos cambiantes
te hicieron invisible
en esta lucha de gigantes.
Llenas de bocas y rimas echadas a
suertes,
casualidades, mentiras y palabras
que carecían de valentía.
Nunca un poema fue tan libre
desde que me desordenaste las ideas
desde que me enseñaste a volar de la
forma más triste
con un vuelo obligado entre tácticas
que solo dejaban ver tu espalda.
Te juro que estoy en silencio,
buscando la forma de encontrarme(te),
atacando a los problemas,
preguntándome las dudas
mientras aguanto las ganas de
marcharme.
Voy a llenar mis paredes de tus manías,
de amor,
de dolor,
Voy a dar un vuelco al corazón,
a ver se si cae, y se tropieza con el
tuyo.
Siempre hubo un sueño que escondía,
pero he dejado de temblar solo para que
me creas:
Le doy vida a mi versos, para no morir
de tu poesía.
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