sábado, 28 de enero de 2017

12 maneras más de morir

Hacía tanto tiempo que no escribía que mis dedos se tropiezan como si no hubiéramos hecho esto nunca, y resulta que es lo único que sabemos hacer. Creo que estoy cerca de mí pero huele demasiado a desconocida, quédate, vete de aquí y ven como para saberlo.

Se han enredado unas palabras que buscan llegar para recibir. Tan inocentes, siempre con el mismo ciclo evolutivo en relaciones primarias casi humanas. Nunca vas a ser persona si tu misión es quemar sin quemarte, apúntatelo en la conciencia y clávatelo en el corazón.

No hay salida sin huida y aquí no hay ninguna puerta pero me sobran llaves.
Ciega nunca las vas a encontrar.
Están lloviendo cuchillos y se me ha olvidado la espalda en casa, 
no sé si te quedan huecos para clavar.

Si tuviera que cerrar los ojos y dejarme caer,
¿Tú me cogerías?
Si ya estuviera entre la distancia equivalente entre el aire y tus brazos,
¿Tú me cogerías?

Siento las baldosas frías.
Te ha pesado más el miedo de una rosa con espinas
que todo el amor de una flor que se marchita.




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