sábado, 28 de enero de 2017

Cuento de hielo

Una vez conocí a una niña que se mataba por vivir, hoy tiene el pecho descosido y se asoman trozos de algodón roto.

Antes miraba la vida como un regalo,
ahora la vende a terceras manos.
Antes se gustaba en el espejo,
ahora se corta con su reflejo.

Son las horas de un día cualquiera que no es nuestro aunque podría serlo si la chica que recuerdo hubiera seguido matando a la vida por seguir en ella. No eres más por estar menos.

No has estado a la altura,
pero hay vértigos
que no se superan olvidando,
fingiendo,
usando, 
o follando.

Todo lo que sube baja y ahora no sé donde estás tú,
pero yo solo quería sentarme contigo en el suelo.





No hay comentarios:

Publicar un comentario