sábado, 6 de diciembre de 2014

Saluda al invierno de mi parte

Mañana se congelan los dedos, pero no es excusa para dejar de escribir hoy.
Hace frío, hace sueño, hace deshacer manías y enredar al cuello cables con luces a medias lunas.
De todo se sale, o eso dicen, pero la puerta siempre se queda chirriando para recordarte que tu cobardía le gana este pulso a la casualidad de tu futuro, por eso, no entiendo este frío, como no te entiendo a ti.

Reto al gélido aliento del invierno que se atreva a hacerme tiritar más que cuando supe que no ibas a volver nunca.
Nadie (como tú) me ha hecho castañear tanto los dientes como si me estuviera devorando a mi misma, por fuera. Joder, por dentro. Ayúdame a reconstruir una autocrítica que no sea capaz de destrozar por las calles a golpe de suerte.
Que cada una de mis personalidades te busque como ojos sin letras de las líneas que lees.
Oblígame a mantenerme firme como si en cualquier momento fuera a caer en línea casi recta.
Hazme reír por llorar.

Atrévete.

Te espero con la boca desnuda.
para que la vistas de palabras llenas de promesas vacías.



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